Generación B reunió a
destacados artistas emergentes para saber qué piensan sobre el presente y el futuro
de nuestra música.
Este 2016 marcará, en julio, el 50.o aniversario
de la aparición de Los Gatos Salvajes,
el homónimo y único disco de la célebre banda de Rosario considerado el primer
álbum de la historia del rock argentino; el trabajo fundacional (más allá de la
presencia de una canción en inglés) de un movimiento cultural que, luego, se
desarrollaría en el país y se extendería con vital influencia hacia otras
regiones.
Generación B
reunirá y dialogará con los más destacados artistas emergentes para conocer,
de primera voz, qué sienten, qué opinan y cómo se ven a sí mismos y a sus pares
quienes, potencialmente, son el futuro inmediato del rock argentino.
Generación B
En esta primera entrega, responden Marilina Bertoldi, Sergio Munich (Roma), Federico Schujman (Sambara), Tom Quintans (Bestia Bebé) y Ramiro Vázquez (Surfistas del Sistema).
Transcurridos 50 años
de rock nacional, ¿cuál es tu opinión sobre el estado actual de la escena local?
Bertoldi: Argentina es un país que ha dado a luz a muchos artistas increíbles y variados. Siempre vamos a perder cosas, pero eso pasa porque las hemos ganado también y eso ya es suficiente. Sostener la calidad de artistas en el tiempo es algo muy difícil, sobre todo si no hay un mercado de la música que no tenga el aspecto artístico dentro de sus prioridades. Querer vender es un elemento lógico y para nada malo; el problema es que se ha vuelto la única búsqueda. Lo popular puede ir de la mano de la calidad artística, del vuelo, de la vanguardia. Aparentemente, nos olvidamos de que eso es posible e incluso ha sido posible en nuestro país con muchísimos artistas.
Actualmente, no tenemos artistas
con propuestas completas en el mainstream.
Definitivamente no, y menos de rock. Esta no es una mirada pesimista, me niego
a ser pesimista respecto a la actualidad o el futuro. Son ciclos. Además de
esto, actualmente en todo el mundo hay que tener en cuenta que el rock no es un
género convocador ni innovador. El público está muy interesado en escuchar
cosas nuevas, y los géneros que están aportando eso no son artistas de “rock”.
Es más, hoy en día, los géneros se mezclaron tanto que ya es ridículo tildar a
algo de rock, pop o electrónica. Por suerte, todo se mezcló y están importando
otras cosas a nivel de masas. Me gustaría pensar que eso va a pasar acá y que
vamos a empezar a dejar de mirar si algo es o no es rock y a permitirnos
disfrutar de la música por su calidad y no por su etiqueta.
Argentina tendrá un gran futuro musical si, desde el mercado,
se da lugar a los artistas que quieren y que ya están haciendo esa jugada, esa
apuesta, desde lo llamado “under”. Que más que “under” ya es una escena muy
interesante de músicos hambrientos de lo nuevo, y no de personas que están
copiando fórmulas para rotar en la radio dejando lo artístico completamente de
lado.
Schujman: Para
mí, estamos en un momento de transición. En la escena actual somos, por un
lado, muchos los que estamos buscando innovar, utilizar las influencias de las
grandes bandas para crear algo nuevo, original y arriesgado artísticamente. Y
también hay muchos buscando repetir fórmulas, adaptarse al mercado y tratar de
“ser parte” de esa forma.
Son maneras distintas de pensar el arte, y esa diferencia
caracteriza el momento actual de las bandas emergentes mucho más que los
géneros musicales que, por suerte, se han ido esfumando en fusiones muy
atractivas.
A mi modo de ver las cosas, son diferencias que se perciben
en las puestas en vivo, el sonido y la propuesta en conjunto de las distintas
bandas. Sería muy interesante que los grupos más arriesgados podamos darnos a
conocer para que aparezca un nuevo rock nacional que, desde hace décadas, no
tiene una renovación fuerte.
Munich: Creo que
estamos en una buena etapa, ya que hoy conviven bandas de distinto tipo de rock
en la escena nacional y que el público actual tiene la cabeza más abierta y
puede convivir en recitales donde esto se fusiona.
Quintans: La
época actual del rock argentino es mi favorita. Por suerte, puedo ser
contemporáneo a muchos a grupos de los cuales soy fanático. Ojalá se sigan
dando las condiciones para que estas bandas sigan existiendo.
Vázquez: Los
Surfistas creemos que el rock argentino es uno de los más ricos de la historia.
En todas las épocas hubo bandas legendarias. Es difícil hacer un resumen de 50
años de algo tan rico y variado, pero podemos contar una historia que nos pasó
en México. Estábamos enumerando grupos argentinos frente a un conjunto de mexicanos
y en varias ocasiones nos preguntaban “¿es argentina esa banda?”, y después de
nombrar unos diez artistas concluyeron ellos la charla diciendo: “las mejores
bandas de rock son argentinas”. Sí sentimos que, en los últimos años, faltaron
grandes bandas de los géneros que a nosotros más nos gustan. Florecieron grupos
con una identidad muy argentina, sobre todo desde fines de los noventa hasta
hoy. Pero faltó música exportable, al menos masivamente. Aunque, desde hace un
par de años, vemos que la escena se fue llenando de propuestas
superinteresantes y sentimos que, finalmente, van a salir grandes grupos de
todo este caldo de cultivo que se viene cocinando. Somos un país que fue el
referente del rock en español y tenemos que volver a serlo. Sin dudas, vamos
camino a eso.
Vázquez: No lo
sentimos en absoluto, pero estamos absolutamente seguros de que lo somos. Es un
hecho, pertenecemos a una generación. Pero la historia se analiza y se comprende
mirando hacia atrás, y nosotros estamos en la cresta de la ola. No hay tiempo
de analizar, solo hay demasiadas ganas de vivir esta historia como lo que somos,
protagonistas. Lo que no quita que respetamos a cada una de las bandas que
está protagonizando su historia y que varias nos parecen muy buenas. Y que hay
amigos también dentro del ambiente musical.
Schujman: Nos sentimos hermanados con un
montón de bandas que hemos ido conociendo en el camino y en los escenarios.
Grupos que, más allá del estilo de música que toquen, transmiten en sus shows la pasión y la dedicación por sus
canciones. Y lo hacen bien, buscando un sonido característico y preocupándose
por ser cada vez mejores. Así trabajamos con Sambara y vemos muchas bandas
todas las semanas en ese camino. Por nombrar algunas (y esto siempre es injusto
porque no se puede mencionar a todas), se me vienen a la cabeza Todo Aparenta Normal, Aloe, Despertar Antoles, Huevo y Jean Jaurez, entre tantas otras.
Munich:
Podría ser, quizá de una pequeña escena porque, si es por bandas del
momento, tendríamos que nombrar grupos del indie tal
vez. Pero con bandas como Deny o Melian somos casi pares.
Quintans: Nos
sentimos pares con todas las bandas del sello Laptra y con muchos
grupos con los que armamos fechas y compartimos métodos de trabajo, más allá de
la música.
Bertoldi: Totalmente, soy parte de una movida. No creo que seamos
representativos del país aún, pero queremos serlo a nuestra manera, rompiendo
con lo que hay. No por el simple hecho de romper, sino porque no queremos
subestimar la inteligencia del público dándoles lo que quieren y nada más. En
cada artista de esta escena, te guste o no, hay una conciencia del público y, a
la vez, hay una apuesta a algo distinto, a algo más. Ese plus es necesario para
todos, es un cuestionamiento a lo establecido, y eso se traduce inmediatamente
en crecimiento.
¿Qué bandas
nacionales creen que pueden tener un lugar destacado en la escena en los
próximos años y por qué?
Munich: No te
sabría decir sinceramente, ya que creemos que ese lugar le sentaría muy bien a
Roma, ja, ja, ja.
Quintans: No sé
bien qué sería un lugar destacado… Para mí, lo importante es que hagan buenas
canciones. Tengo mucha confianza en Las Ligas Menores.
Vázquez: Nos
gusta Barco porque tiene algo
comercial, pero a la vez es consistente. Ale tiene una gran voz, referencial a
la de Cerati. Y las canciones son muy buenas. Hay que ver cómo evolucionan. Bandalos Chinos también nos
gusta por motivos similares, pero con una voz más spinettosa.
Indios
es otra. Quizás le gusta a una parte de nosotros que no es la parte que más nos
gusta de nosotros mismos, ja, ja, ja.
Pero algo funciona. Definitivamente, preferimos la parte depre de ellos,
ja, ja. Creemos que pueden llegar a ser unos nuevos Babasónicos. Y Lisandro Aristimuño ya está
consagrado, pero creemos que es un buen referente de lo que es hacer algo
popular sin traicionar lo artístico.
Bertoldi: No quisiera condicionar el futuro a mi gusto, no soy quién
para establecer qué está bien o mal. Al contrario, quisiera que el futuro sea
variado y nuevo, distinto. Si en cinco años sigue sonando únicamente lo mismo
que viene sonando (ya hace muuuchos años), entonces vamos a haber perdido como
país. Ese es el medidor: no si se escucha más rock o más artistas de tu gusto o
mi gusto. Si en la radio sigue habiendo artistas que hacen lo mismo que se hizo
y se viene haciendo desde hace años, ese es el indicador más claro de derrota
cultural.
Actualmente, dentro del plano nacional, quienes llenan estadios por lo general son artistas que hacen lo mismo que ya hicieron otros. Y el fin de semana siguiente a ese show, ese mismo estadio lo llena un artista exactamente igual. Es el peor panorama. Porque si ese estadio lo llena alguien “mediocre”, pero en la misma medida artistas más “elevados” lo llenan también, entonces estamos hablando de variedad, de opciones. Y eso es lo más importante, insisto. Pero, hoy no hay opciones en el mainstream: no las hay. No hay competencia ni siquiera entre las bandas que suenan iguales entre sí, no se estimulan a ser mejores, sino a mantener lo logrado haciendo lo mismo. Es un ciclo vicioso. El sello no invierte en artistas distintos, y los artistas clones que firman no se estimulan desde el lugar prestigioso en el que están para ser distintos. Cuando estos artistas no funcionan, hay una cola larguísima de bandas iguales a ellos con la misma motivación inexistente de mutar o jugársela, dispuestos a firmar con los sellos que no invierten en artistas distintos. El huevo o la gallina.
Disculpen si soy repetitiva, pero así es la actualidad, no así el futuro.Actualmente, dentro del plano nacional, quienes llenan estadios por lo general son artistas que hacen lo mismo que ya hicieron otros. Y el fin de semana siguiente a ese show, ese mismo estadio lo llena un artista exactamente igual. Es el peor panorama. Porque si ese estadio lo llena alguien “mediocre”, pero en la misma medida artistas más “elevados” lo llenan también, entonces estamos hablando de variedad, de opciones. Y eso es lo más importante, insisto. Pero, hoy no hay opciones en el mainstream: no las hay. No hay competencia ni siquiera entre las bandas que suenan iguales entre sí, no se estimulan a ser mejores, sino a mantener lo logrado haciendo lo mismo. Es un ciclo vicioso. El sello no invierte en artistas distintos, y los artistas clones que firman no se estimulan desde el lugar prestigioso en el que están para ser distintos. Cuando estos artistas no funcionan, hay una cola larguísima de bandas iguales a ellos con la misma motivación inexistente de mutar o jugársela, dispuestos a firmar con los sellos que no invierten en artistas distintos. El huevo o la gallina.
Leer en GeneraciónB.com >>
No hay comentarios:
Publicar un comentario